Si miramos en Internet hay muchas páginas que nos dicen qué es un catedrático, cuáles son sus quehaceres, cuáles son los requisitos requeridos para ser un catedrático, etc. A modo de ejemplo cito los siguientes enlaces:

“Un catedrático es un docente, investigador y líder en la enseñanza superior que ha logrado el grado más alto posible a nivel docente. Los catedráticos son responsables de ejercer la enseñanza de su campo de conocimientos, realizar proyectos de investigación y contribuir a la comunidad académica” (David Losada, 30 de enero de 2023, https://docenzia.com/blog/)
Siguiendo a David Losada...
Entre los quehaceres de un catedrático están:
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Evaluar el desempeño académico de los estudiantes.
Recuerdo cuando mi esposa hacía la Licenciatura de Psicopedagogía (primera Promoción en la UCA, hace ya bastantes años...) obtenía muy buenas calificaciones y yo le pasaba a ordenador los trabajos que tenía que presentar. Un día, me extrañaba mucho lo que me había dejado para que se lo pasara a ordenador, porque era algo en lo que no tenía duda que ni ella, ni yo, creyésemos como verdadero aquello que estaba escrito y se iba a presentar, así que le pregunté si estaba segura de lo que me había entregado y me contestó que la catedrática pensaba de manera opuesta y le devolvió el trabajo que entregó: o lo rehacía o la suspendía; puso lo contrario de lo que pensaba y de lo que practicaba en la escuela y sacó satisfactoriamente la asignatura… No era nada ideológico, sino manera de entender lo académico. A estos niveles ha llegado la Universidad.
Me pregunto si el catedrático Juan Antonio Ríos Carratalá aprobará a un alumnado que no piense como él o si el alumnado tiene que pasar por el aro del sectarismo… ¿Aprobará sólo a los que le canten la Internacional Socialista?, ¿Y si hay alguno que le guste Sánchez Mazas, Agustín de Foxá, Torrente, Fernández Flores, Ridruejo, Muñoz Seca o Pemán?...

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Desarrollar materiales de estudio.
Dada la afición monotemática de dicho catedrático de estar todos los días días hablando de Franco, los franquistas, la represión franquista, los represaliados franquistas, los genocidas franquistas, los funcionarios franquistas, el cinismo franquista, las cosas del franquismo, el libelo del alférez Baena Tocón y más de los mismo, me pregunto ¿qué materiales preparará?... Quizás me equivoque, pero ya he visto varios libros suyos y hay adelantos del próximo que publicará. Especialmente en “Nos vemos en Chicote”, he visto un gran libelo ideológico en el que implica a mi padre, lleno de falsedades sobre él y la vida que le tocó vivir, incluso con manipulación de documentos históricos, lo que constituye un auténtico fraude historiográfico. No tengo criterios para el resto de los contenidos, pero si falsea la vida de una persona como él hace, ¿qué problemas hay para difundir con fines ideológicos más falsedades respecto a otras personas, ¡¡¡pues no hay nombres en sus libros!!!

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Llevar a cabo proyectos de investigación.
Ríos Carratalá dice que no hay ningún lucro en sus trabajos, que no gana nada con sus publicaciones, algunas autoeditadas. Su abogado en juicio civil el 14 de octubre de 2024 dijo lo mismo. Resulta, como dice David Losada, entre los requisitos para ser catedrático está el haber publicado artículos en revistas científicas de prestigio relacionadas con el área de estudio. A todas luces hay dos fines: económico e ideológico. Las supuestas investigaciones y publicaciones que hace desde su puesto de trabajo, ¿no conllevan implícito el sueldo que percibe todos los meses? (si es así, mienten los dos: representante y representado), que no es nada desdeñable el emolumento percibido, hoy se puede consultar en Internet sin error a equivocarnos la cuantía de la que hablamos. Por cierto, en sus “trabajos de investigación” habla de sueldos jugosos obtenidos por mi padre por sus servicios al régimen franquista y algunos “palmeros” lo difunden repitiendo lo mismo como auténticos borregos. Hay que tener poca vergüenza para escribir eso y hay que tener poca vergüenza para difundirlo por corporativismo y/o amiguismo. Primero, porque los emolumentos que percibió mi padre son los que le correspondió tener en cada puesto de trabajo que desempeñó en la época que le tocó vivir, por su trabajo personal y no por servicios previos prestados a ningún régimen. Por otra parte, aportadas por mi parte pruebas documentales al juzgado de instrucción de lo civil n.º 5 de Cádiz de sus puestos de trabajo y del AGA, donde quedan reflejados los emolumentos que percibió hasta el último céntimo, pero el “autonombrado cronista” podrá recrearse en “dar su opinión inquisidora y tendenciosa a placer y lo considerará otro documento histórico antifascista y un servicio a la humanidad ”, que no fue capaz siendo un supuesto investigador profesional en ver esos documentos, como no fue capaz de ver que Franco no le regaló ningún título, sino que terminó sus estudios de Licenciado en Derecho en Junio de 1936 (aún hoy lo niega), pero lo cierto es que en mi familia, que era numerosa, más familiares allegados a los que se ayudaba, aunque no nos faltó nada importante, vivió muy modestamente, no hubo lujos y esos sueldos jugosos no se vieron por ningún sitio, excepto en la mente fantasiosa de dicho sr. catedrático: ya me habría gustado haber visto y disfrutado esos sueldos jugosos de mi padre de alguna manera… Otro día completaremos algo más sobre estos asuntos de titulación y emolumentos.

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Supervisar y dirigir a estudiantes de prácticas y seminarios, así como asesorar a los estudiantes en la realización de sus trabajos finales.
No sé, pero si atiende a los estudiantes como me atendió a mí cuando me puse en contacto con él por primera vez, que accedió a borrar lo que le pedí sin pedirme explicaciones, muy amablemente y de manera inmediata, para decir a mis espaldas que «no se puede reescribir la Historia, que quiero borrar el nombre de mi padre de los documentos históricos, que estoy en contra de la libertad de expresión y de la cátedra, que estoy a favor de la censura (por supuesto relacionándolo con la dictadura como gran progresista que se considera)», etc Le daré en otro momento publicidad a esas publicaciones que hizo en los medios, sin éstos contrastar nada, en contra de lo que dicen los bonitos códigos éticos que dicen tener,,
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Participar en seminarios de investigación, así como establecer contacto con otros profesores para intercambiar ideas.
Me parece muy bien que haga todo eso, pero antes de publicar falsedades debiera contrastar las cosas y hacer los debates correspondientes con historiadores, pero no lanzar sus falsos montajes, llenos de difamaciones y darlo por verdad absoluta, mientras no haya nadie que esté interesado en rebatirlo.
Este contacto con profesores, hasta donde he percibido, ha consistido en dar publicidad a sus trabajos y, más que debate, lo único que he visto ha sido corporativismo profesional, en el que profesores de diferentes universidades dan por bueno lo que diga su colega y se me ha hecho ver como alguien que está en contra de la investigación académica y eso es falso. Así me lo han demostrado algunos de estos profesores, con los que me he puesto en contacto y de los que hablaré en otro momento.

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Promover y mejorar la calidad de la educación en la institución.
Si la calidad de la educación es servirse de ella para educar en el pensamiento único...
Conclusión
Convertirse en catedrático es un proceso largo y difícil. Requiere una combinación de cualificaciones, formación y competencias profesionales. Es por ello por lo que, en general, he admirado a los catedráticos que he tenido como alumno y a casi a todos los que he conocido. En mi época de estudiante viví con catedráticos y doctores, le debo la plaza de profesor que tuve a dos catedráticos que fueron profesores míos, tengo algunos amigos que lo son y tengo algún que otro familiar que está a un paso de serlo, si no lo es ya. No lo sé.
“Curioso personaje”, por lo visto es un insulto para Ríos Carratalá según manifestó su abogado en el juicio; algo que, sin querer, me da risa (también publicaré otro artículo que se llamará “Insultos”), pero ciertamente, sin la menor pretensión de insultar, es un personaje curioso. Tendrá muchos méritos, supongo, como “el valor en la blanca que te daban en el servicio militar” (se le supone), porque hay que tener mucho valor para derivar todo el proceso de convertirse en catedrático para transformarse en un fanático y sectario guerracivilista de pensamiento único y a los hechos me remito. No sé hasta qué punto los asuntos a los que se dedica este señor, como los que son objeto de la polémica (los relacionados con Antonio Luis Baena Tocón), corresponden al campo de estudio por los que es catedrático o si, por el contrario, su fanatismo, le ha desviado de los asuntos que debería tratar. No conozco su trayectoria en general, ni me interesa, pero sí conozco la de mi padre que él se ha encargado de reescribirla a placer con todo tipo de falsedades y por ahí no paso. No me ofrece credibilidad nada de lo que escriba.
Ha repetido muchas veces que es historiador, pero no es licenciado en Historia, sino catedrático de Lengua Española. Igualmente hablaré en otro momento sobre este asunto, para no alargarme.
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