¡NO DEJES QUE LA MENTIRA SE IMPONGA SOBRE LA VERDAD!

Publicado el 8 de febrero de 2025, 2:20

Muchos consejos, muchos, para todos los gustos... A toro pasado o sin implicarse es muy fácil decir lo que hay que hacer: familiares, amigos más y menos allegados, médicos, abogados, historiadores, peritos, archiveros, sacerdotes, personas con y sin estudios, etc. He cometido muchos errores, pero la vida es la que es y las decisiones se toman en momentos en los que la decisión es exclusivamente tuya y, para bien o para mal, hoy por hoy, me quedo con el título del artículo... ¡No dejes que la mentira se imponga sobre la verdad!

1. Mantener la calma y centrarse en los hechos

He procurado mantener la calma y centrarme en los hechos, mientras que él ha recurrido a constantes provocaciones y ataques personales. Al mismo tiempo, se ha presentado como víctima, tergiversando los hechos mediante entrevistas, publicaciones y otras estrategias, probablemente para justificar su postura.

Muchas de sus afirmaciones no pueden ser verificadas y, por lo tanto, no dejan de ser falsedades o meras opiniones personales. Por ejemplo, sus declaraciones sobre la formación académica de mi padre, su pertenencia o no a cierto grupo de personas (al que pretende denigrar como "voluntarios represores" en busca de beneficios personales), la fecha de finalización de su licenciatura en Derecho (que de entrada la negaba o la atribuía a un regalo de Franco), su profesión, el tipo de víctima que fue mi padre, entre muchas otras.

 

Ilustración: "Conflicto entre la verdad y la mentira"

2. Pruebas y precisión

Si bien se ampara en la "libertad de expresión", es importante recordarle que el rigor académico exige veracidad y pruebas, no opiniones disfrazadas de hechos.

¿Dónde están las fuentes que sustentan sus afirmaciones? En su momento, el catedrático decía tener documentadas sus afirmaciones en los archivos del Ministerio de Defensa de Madrid y en el Archivo Militar de Segovia. Sin embargo, dichos archivos no respaldan muchas de sus afirmaciones, ni aquellas mencionadas en el punto anterior ni muchas otras que ha emitido. Entre ellas:

  • Suposiciones sobre su aspecto,
  • Afirmaciones sobre sus actividades en los acuartelamientos de la posguerra,
  • Lo que hizo o dejó de hacer durante la guerra,
  • Supuestas acciones en la auditoría de Marruecos (reciente),
  • Alegaciones sobre regalos de Franco en forma de títulos o puestos de trabajo,
  • Descalificaciones sobre su desempeño profesional,
  • Los supuestos beneficios económicos que obtuvo, entre muchas otras.

Ilustración: Batalla entre la verdad y la mentira"

3. Denuncia pública de sus contradicciones

He expuesto en publicaciones anteriores cómo ha reaccionado ante las críticas y cómo ha tergiversado la situación para desviar la atención de sus falsedades. Ante su proceder, no ha quedado más alternativa que recurrir a los tribunales de justicia.

 

4. Apoyo en expertos y documentos verificables

Este asunto no es un enfrentamiento personal. En absoluto. Estoy abierto a la colaboración de académicos, investigadores y cualquier persona que pueda aportar documentos verificables que respalden la verdad de los hechos.

Desafortunadamente, en el ámbito académico, el corporativismo dificulta la obtención de apoyo. Si bien existen especialistas dispuestos a ayudar, a menudo es más sencillo acudir directamente a las fuentes y encontrar documentos que este autor no se ha molestado en consultar. Su proceder recuerda "al de un estudiante de primer año que, al borde del vencimiento del plazo de entrega, presenta su trabajo a la ligera y sin contrastar fuentes".

Cuando se le presentan documentos que refutan sus afirmaciones, en lugar de rectificar, responde con más falsedades, guiado por su orgullo. Incluso hay historiadores que, en conversaciones privadas, sugieren estrategias para enfrentar esta situación, pero evitan pronunciarse públicamente y, en algunos casos, piden que no se mencione su asesoramiento. Dentro del ámbito académico, muchos se respaldan mutuamente y avalan publicaciones sin un verdadero contraste crítico.

Los medios de comunicación tampoco escapan a esta dinámica. Aunque se adhieren a códigos éticos impecables en teoría, rara vez los aplican en la práctica.

Ilustración: "La manipulación y la falsedad  domina sobre la verdad"

5. Distorsión del debate

El catedrático ha conseguido distorsionar el debate, presentándose como víctima de censura para ocultar sus errores. Sin embargo, esta es una cuestión de verdad y ética, no de restringir opiniones.

Mi intención nunca ha sido debatir, eso es más bien para los historiadores profesionales, sino señalar la falsedad de sus afirmaciones y se retiraran o se rectificaran (sin tener conocimiento de la dimensión que tenían), porque atentan contra el honor de mi padre, no puede defenderse y es injusto. Pero Ríos Carratalá se había excedido en demasía y dar marcha atrás a tanta falsedad es muy difícil. De ahí se explica su proceder... Su estrategia ha sido manipular la discusión, desviándola hacia una supuesta vulneración de su libertad de expresión, cuando en realidad lo que está en juego es, entre otras cosas, la veracidad de su trabajo y el respeto por el rigor académico.

 

Ilustración: " Pero la verdad triunfará sobre la mentira"