MÁS ALLÁ DE LOS ARCHIVOS: ECOS DE UNA HISTORIA OLVIDADA
Hoy he visto en Facebook una publicación compartida por Avelino García Arias. Se trata de otro artículo de la serie titulada Memoria recobrada (1931-1939) LI, basada en la documentación aportada por los historiadores César Alcalá, Eduardo Palomar Baró y César Vidal.

Tras leerlo, inevitablemente me ha hecho recordar a mi padre, de cuyo paso por las checas madrileñas tenemos constancia toda la familia. Me pregunto: ¿en cuál de ellas no recibió "masajes terapéuticos y recitales de poesía", según afirma el catedrático de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá? Tal vez lo haya concluido tras no hallar su firma en "los registros de entrada y salida" de aquellas prisiones clandestinas, fruto de su característico rigor académico —"porque lo digo yo y punto"—. También me pregunto si no encontró en dichos registros la constancia de su "salida" hacia el paredón -quizás esté en el libro de registro de “a paseo”-, de la que nos consta que logró escapar gracias a la ayuda de un amigo y compañero de pensión, comunista, que le facilitó la huida.
En una de esas checas, además del odio de una miliciana que lo condenó a muerte, una de las veces que quisieron mandarlo al paredón, por llevar una pequeña medalla —que aún conservo como recuerdo, al igual que su título de Licenciado en Derecho—, conoció a un notario que también fue víctima de los que el catedrático insiste en llamar "demócratas". Se trata de una persona que Ríos Carratalá menciona en sus publicaciones, de quien creo que no sabe nada y a quien tuve la oportunidad y gran suerte de conocer y tratar en vida. Pero ya hablaré de ello en otra ocasión para no extenderme más… Memoria histórica.

El artículo en cuestión analiza el funcionamiento de las checas oficialmente registradas en Madrid, que operaron de manera sistemática y permanente bajo el gobierno del Frente Popular. Según los documentos de la Causa General, se contabilizan 225 de estas prisiones clandestinas. A esta cifra desorbitada hay que sumar otro número equivalente de centros y comités con funciones similares, aunque con menor frecuencia y un número reducido de víctimas en comparación.
La investigación dirigida hasta finales de 2016 por el historiador Alfonso Bullón de Mendoza eleva el número total de checas en la capital a 345, de las cuales 120 no fueron incluidas en la Causa General. Por su parte, el investigador Sergio Campos Cacho reveló en 2023 que la primera checa establecida en Madrid data de abril de 1936, antes del inicio de la guerra. Estaba ubicada en el convento incautado de Santa Cristina, en la calle Antillón, y su ocupación y posterior utilización con fines represivos fue responsabilidad del Círculo Socialista de Puente de Segovia.

El artículo también ofrece un listado de las checas de Madrid, indicando su ubicación en calles y edificios, así como información sobre aquellas que dependían directamente de la Inspección General de Milicias Populares, bajo el mando del comandante Luis Barceló Jover y el teniente de asalto Al-fonso Barbeta.
Entre los datos más relevantes, destaca la checa ubicada en el número 12 de la calle San Lorenzo, que funcionó como prisión preventiva del SIM (Servicio de Información Militar) durante toda la dominación del Frente Popular en Madrid. También menciona la checa de milicias más activa docu-mentada, la de San Felipe, en Alcalá de Henares, donde la mayoría de sus víctimas fueron ejecuta-das en las tapias del cementerio alcalaíno y en el término municipal de Villalvilla.
Fuente Mapa de las checas: Ministerio de la Presidencia. Universidad San Pablo CEU e Instituto Geográfico Nacional.
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